Cristo amoroso que en la cruz clavado,
tu pecho muestras por mi amor herido.
Lava en tu sangre con eterno olvido
la mancha torpe de mi vil pecado.
Por ser fuente de bienes me has amado,
y con muerte afrentosa redimido
y con muerte afrentosa redimido
y tus justos preceptos quebrantado.
Tu real palabra has obligado a darme
los bienes cunado yo te los pidiera,
¡Con tan gran caridad llegaste a amarme!
¡Oye, Señor mi petición postrera!
Pues moriste por solo perdonarme.
¡Perdóname, Señor antes que muera!
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