¡Oh Espíritu Santo!
Concédeme todas las gracias:
planta, riega y cultiva en mí
el verdadero árbol de la vida que es
la amabilísima María, para que crezca
y de flores y frutos en abundancia.
¡Oh Espíritu Santo!
Concédeme amar y venerar mucho a María,
tu esposa fidelísima; apoyarme bajo su amparo
maternal y acudir a su misericordia en toda
circunstancia, a fin de que con Ella formes
perfectamente en mí a Jesucristo, grande y
poderoso, hasta la plena madures espiritual.
AMÉN..
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