Ayúdame con tus consejos, para que vea el bien y lo cumpla con generosidad.
Defiéndeme de las insidias del enemigo infernal, sostenme en las tentaciones para que siempre sea capaz de vencerlas.
Sustituye, elimina mi frialdad en el culto al Señor: no dejes de atender a mi custodia hasta que me lleves al Paraíso, donde alabaremos juntos al Buen Dios por toda la eternidad.
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