"Postrado ante vuestro acatamiento,
¡Virgen de la Medalla Milagrosa!
y después de saludaros en el augusto misterio
de vuestra Concepción sin mancha,
os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre,
abogada, reina y señora de todas mis acciones,
y protectora ante la majestad de Dios.
Yo os prometo, Virgen purísima, no olvidaros jamás,
ni vuestro culto, ni los intereses de vuestra gloria,
a la vez que os prometo también
promover en los que me rodean vuestro amor.
Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed
para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte.
¡Oh María sin pecado concebida!
¡Rogad por nosotros que recurrimos a Vos! Amén."
¡ Oh Virgen Inmaculada, Madre de Dios y Madre nuestra, con la más viva confianza en tu poderosa intercesión tantas veces manifestada por medio de tu Medalla, te suplicamos humildemente de dignar alcanzarnos las gracias que pedimos por esta novena
!pedir una gracia personal¡
Oh Virgen de la Medalla Milagrosa que apareció a santa Catalina Labouré en la actitud de Mediadora para el mundo entero y cada alma en particular, entregamos en tus manos y confiamos a tu Corazón nuestras súplicas! Dígnate presentarlas a tu Divino Hijo y conceder lo que pedimos si está conforme a la Voluntad Divina y útil a nuestras almas. Y después de levantar hacia Dios tus manos suplicantes, bájalos hacia nosotros y envuélvenos en los rayos de tus gracias, iluminando nuestro espíritu, purificando nuestro corazón, para que guiados por ti, alcancemos algún día la eterna bienaventuranza.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario