Oh Medalla de María Milagrosa, sé mi escudo y protección contra todo dardo incendiario del maligno. Que mi ser físico y espiritual a través de tu medalla, permanezcan unidos a ti, Madre Milagrosa.
Que tu santa medalla me libre de todo mal y peligro; que tu santa medalla me proteja de toda enfermedad, pestes y virus; que al invocar tu santa plegaria: "Oh María concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a Tí", sea yo, mi familia y seres queridos, protegidos de toda calamidad y muerte imprevista.
Oh Medalla Milagrosa, protege mi hogar y bienes materiales de todo desastre natural, protege mi vida espiritual y todo mi ser; ampárame madre mía, con el escudo protector de tu medalla; dichoso aquel que la lleva puesta como coraza en su cuerpo y en su alma, porque Tu protección estará con él de noche y de día. Gracias Madre Mía, por tu coraza espiritual, que aleja de mí, al invisible espíritu del mal.
Oh Medalla Milagrosa, protege mi hogar y bienes materiales de todo desastre natural, protege mi vida espiritual y todo mi ser; ampárame madre mía, con el escudo protector de tu medalla; dichoso aquel que la lleva puesta como coraza en su cuerpo y en su alma, porque Tu protección estará con él de noche y de día. Gracias Madre Mía, por tu coraza espiritual, que aleja de mí, al invisible espíritu del mal.
Oh medalla de María Milagrosa, en los momentos de peligro: Cuídame
Oh medalla de María Milagrosa, de las pestes y enfermedades: Cúrame
Oh medalla de María Milagrosa, del enemigo de mi alma: defiéndeme
Oh medalla de María Milagrosa, de los desastres naturales e imprevistos mi hogar y bienes materiales: Protegeme.
Oh medalla de María Milagrosa, del enemigo de mi alma: defiéndeme
Oh medalla de María Milagrosa, de los desastres naturales e imprevistos mi hogar y bienes materiales: Protegeme.
Y en la hora de mi muerte, que la luz de tu Medalla Milagrosa, me guíe a la Gloria Eterna. Amén.
Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, con tan hermosa belleza, a ti, celestial princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes Madre mía; mi corazón a tus plantas pongo bendita María, para que a Jesús lo ofrezcas junto con el alma mía. Amén.
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