El Señor es nuestro Refugio
EL que vive bajo
la sombra protectora
del Altísimo
y Todo Poderoso dice
al Señor:
"Tú eres mi Refugio,
mi castillo,
¡Mi Dios, en quien confío !
Sólo él puede librarte
de trampas ocultas
y plagas mortales.
Pues te cubrirá
con sus alas,
y bajo ellas estarás seguro.
¡Su fidelidad te protegerá
como un escudo !No tengas miedo
a los peligros
nocturnos, ni a las flechas
lanzadas de día,
ni a las plagas
que llegan con la oscuridad,
ni a las que destruyen
a pleno sol;
pues mil caerán muertos
a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
pero a tí nada te pasará.
Solamente lo habrás
de presenciar:
verás a los malvados
recibir su merecido.
Ya que has hecho
del Señor tu refugio,
del Altísimo tu lugar de protección,
no te sobrevendrá ningún mal.
Ni la enfermedad
llegará a tu casa,
pués el mandará que sus
ángeles te cuiden por
donde quiera que vayas
te levantarán con sus manos
para que no tropieces con
piedra alguna.
Podrás andar entre leones,
entre monstruos y serpientes.
"Yo lo pondré a salvo,
fuera del alcance de todos,
porque él me ama
y me conoce.
Cuando me llame contestaré;
¡Yo mismo estaré con él !Lo libraré de la angustia
y lo colmaré de honores;
le haré disfrutar de una
larga vida:
¡Le haré gozar de mi salvación!"
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