Santísima Virgen de la Caridad, Madre mía y Señora Soberana, con cuanta alegría acudo a postrarme a tus pies.
Virgen de los Milagros como te llamaban nuestros mayores, cura a los enfermos, consuela a los afligidos, da ánimo a los desesperados, preserva de toda desgracia a las familias, protege a la juventud y ampara a la niñez.
Nadie puede publicar las maravillas que obras cada día
en favor de las almas que te invocan, justificando así
la confianza y el amor💗 que te profesan todos tus hijos.
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